Noruega: el Ferrocarril polar

9 de marzo de 2015

Esta foto que aquí vemos corresponde a la estación de la ciudad noruega de Narvik, tal como estaba en uno de nuestros viajes a esa zona de Escandinavia. A esa estación sólo es posible acceder a través de Suecia utilizando la "Malmbanan" o ferrocarril de las minas de hierro, porque la red ferroviaria noruega no tiene continuidad hacia el norte, más allá de Fauske, a donde se llega por la Nordlandsbanen, recorriendo 729 kilómetros desde Trondheim. No pocos viajeros que recorren Escandinavia por ferrocarril se preguntan por esta anomalía y por qué no se llegó a construir la parte que falta de ese ferrocarril. Incluso muchos noruegos lo ignoran pero esa línea estuvo en construcción en uno de los capítulos más dramáticos de la historia de Noruega y en sus obras trabajaron más de 30.000 prisioneros.


Tenemos aquí el mapa de la red ferroviaria de Noruega y sus conexiones fronterizas con Suecia. Las líneas existentes están marcadas en rojo. En la parte superior vemos, aislada del resto, la línea por la que se accede a Narvik y en trazo gris la Polarbanen, el Ferrocarril Polar, a cuya historia nos vamos a referir enseguida.


Recorrer Escandinavia en pleno invierno polar es una de las más bellas aventuras ferroviarias que pueden realizarse. Los paisajes nevados, a veces con gran cantidad de nieve, no son obstáculo para que los trenes circulen con bastante puntualidad. Pero el viajero que desee recorrer Noruega en ferrocarril hasta la zona más al Norte se verá obligado a tomar otro trayecto ya que su viaje se detendrá en Bodo, la capital de la provincia de Nordland.






Tren de Larga Distancia formado en la estación central de Oslo con destino a ciudades del norte

Y ese trayecto no es otro que desplazarse hasta Estocolmo y tomar allí el expreso hacia Narvik, larguísimo desplazamiento en el que podrán contemplarse cientos de lagos y densos bosques cuajados de nieve, si su viaje se hace en pleno invierno polar.



Expreso Estocolmo-Narvik con su potente locomotora Rc6 en una de las estaciones de nuestro viaje hacia el norte


Gran acumulación de nieve tras el paso de los quitanieves en una estación de la línea Boden-Kiruna-Narvik

El origen de la línea ferroviaria que atraviesa el norte de Suecia y se adentra en Noruega estuvo en la necesidad de exportar el mineral de hierro de las minas de Kiruna.



La línea completa tiene 500 kilómetros y se extiende desde el puerto de Lulea, en el Golfo de Botnia hasta Narvik y se abrió en 1903. La sección sueca de la línea se denomina Malmbanan mientras que la parte que se construyó en territorio noruego se denomina Ofotbanen. La exportación de mineral de hierro se realiza por ambos puertos, pero en invierno las aguas del Golfo de Botnia están congeladas por lo que la única salida al mar es el puerto de Narvik, libre de hielo todo el año gracias a la corriente del Golfo, procedente del Golfo de México y que baña todo el norte de Europa.




Fotografía del puerto de Narvik en pleno invierno, que tomamos desde la parte alta de la ciudad. Al fondo se ve el cargadero de mineral y un buque cargándolo


Potentes locomotoras arrastran los trenes de mineral, con más de 8.000 toneladas. Aquí vemos a uno de esos trenes llegando a Narvik procedente de Kiruna

Durante la ocupación nazi de Noruega, Alemania se seguía suministrando de mineral de hierro de Suecia, aunque este último país se declaró neutral. Cuando las aguas del Golfo de Botnia lo permitían, el mineral se exportaba a Alemania por Lulea, pero llegado el invierno la única ruta posible era el puerto de Narvik, que se transformó en un enclave vital para las tropas alemanas.

Sin embargo, la ruta marítima hacia Alemania tenía el peligro del constante hostigamiento aliado a los barcos cargados de mineral. La creciente necesidad de acero por la industria bélica alemana exigía cada vez mayor aporte de materia prima procedente de las minas suecas de Kiruna.



Entre abril y junio de 1940 se libró una primera batalla naval en Narvik entre las tropas aliadas y las alemanas con el resultado de la destrucción parcial de la ciudad y el hundimiento de buques en su puerto. A pesar de que los alemanes se vieron obligados a retroceder, la necesidad de contar con el acero sueco a través de ese puerto motivó que Hitler ordenase la invasión de Noruega en ese mismo año, para garantizar el tránsito de los trenes desde Kiruna hacia el puerto de Narvik.

Paralelamente y ante la dificultad de transportar por mar el mineral de hierro hasta Alemania, los ingenieros militares alemanes proyectaron la construcción de un ferrocarril desde Fauske hasta Narvik para que los trenes mineros pudieron continuar viaje por el interior de Noruega. En las obras se emplearon 30.000 obreros, en gran parte prisioneros de guerra rusos trasladados hasta allí.

La línea, que se bautizó con el nombre de Ferrocarril Polar (Polarbahn, en alemán; Polarbanen, en noruego), tendría 130 kilómetros hasta Drag para enlazar allí con los barcos de mineral procedentes de Narvik y su construcción duró todo el tiempo que lo hizo la Segunda Guerra Mundial hasta tal punto de que sólo la rendición de Alemania puso fin a las obras.

Para su trazado se contaba previamente con estudios que habían sido desarrollados anteriormente a 1929 por los Ferrocarriles noruegos de cara a extender hasta Narvik la red de ese país.



En este croquis podemos ver, en rojo, el trazado construido por los alemanes y, en azul, los proyectos anteriores desarrollados por los Ferrocarriles noruegos para llevar el tren hasta Narvik.

La línea en construcción debía contar con 81 túneles, de los cuales el más largo tendría 6.740 metros, en Sildhopfjellet. Gran parte de las obras se culminaron, así como muchos de los túneles. Terminada la Segunda Guerra Mundial, los prisioneros rusos que construían la línea fueron liberados y se interrumpieron las obras.




Tramo construido del Ferrocarril Polar, en Elvkroken, con el campo de prisioneros al fondo (Foto Suena Kvantoland, 1945)

Una parte de los trazados terminados se han aprovechado posteriormente para tender carreteras y otros se han abandonado. Gracias a la labor de reconstrucción histórica desarrollada por el noruego Harry Bjerkli se ha podido historiar de forma gráfica la construcción, con fotos antiguas y otras actuales de los tramos abandonados. Todo ello puede consultarse en esta web. En la parte inferior, unas flechas permiten pasar al siguiente tramo, según el orden inicial presentado en el croquis. Excelente trabajo de documentación que nos permite hoy día conocer este dramático episodio de la historia de Noruega en relación con su ferrocarril y que hoy rescatamos aquí para que también puedan conocerlo nuestros lectores. (MAM)